Rebaño de Marulanda enamora a propios y visitantes

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Un rebaño de 30 ovejas pasea por el casco urbano y rural de Marulanda robando las miradas de propios y visitantes que quedan anonadados de lo dócil de los animales, que hasta se dejan alzar y tomar fotografías.

Se trata del rebaño de Wilder Restrepo, un ovinocultor que desde hace 14 años se ha dedicado a encontrar la fórmula perfecta para que las ovejas sean amigables con quienes quieren interactuar con ellas.

Restrepo y sus hermanos viven en la finca San Antonio, de la vereda Alejandrías, del municipio de Marulanda. Allí, las cuidan y protegen de la forma en que sus padres les enseñaron a hacerlo.

«A mi mamá nunca le faltó la ovejita. Ella las amansaba. Cuando me agarró una enfermedad yo dije: qué voy a hacer con mi vida. Y a raíz de lo que mi mamá me había enseñado yo dije: claro, voy a empezar a amansar ovejas», relató el ovinocultor.

A partir de ese momento, inició un proceso largo de adiestramiento en donde logró ganarse la confianza de las ovejas que tenía.

«No todo el mundo tiene ese talento, y no sé por qué. Yo empiezo a generar confianza dándoles comida en la mano y que me reciban. Ellas al ver que ya hay una mansita sienten seguridad y se genera un efecto dominó», explicó.

El cuidado viene acompañado de no perseguirlas, no corretearlas y tampoco tomarlas bruscamente.

«Son animales muy dóciles, que si uno los pone en el nivel que los tengo yo, es donde el turista puede disfrutar de ellas», agregó.

Aunque su ovejero es pequeño, es distinto a otros que se pueden encontrar en el municipio, ya que participa de los eventos de la Alcaldía y de las muestras culturales que pretenden llevar una experiencia al turista.

Marulanda es el único municipio ovinocultor de Caldas, en donde cada dos años un rebaño de ovejas es expuesto por las calles del pueblo durante las Fiestas de la Lana.

La Administración Municipal sigue trabajando en diferentes estrategias de turismo y cultura que permitan visibilizar el territorio por su ovinocultura.

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