Más que recomendable, el libro sobre Caldas de Pedro Felipe Hoyos nos hace enorgullecer como colombianos, sostiene Gustavo Alvarez Gardeazábal

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En su columna  Que lee Gardeazabal, el escritor, periodista y exgobernador se refiere al libro  Caldas, el sabio y el Departamento de Pedro Felipe Hoyos Korbel.

Expresa Gustavo Alvarez Gardeazábal:

El mito del sabio Caldas lo aprendimos a respetar desde cuando enseñaban historia en las escuelas y colegios. Hoy día más de media Colombia ha oído hablar de él, pero finalmente la otra media y muchos de los que al menos lo recuerdan no saben por qué era sabio y por qué el asesino del General Murillo lo mandó fusilar cuando los días de la fracasada reconquista española de la Nueva Granada. Hoyos Korbel, con marcado estilo manizalita, acaba de publicar un impresionante libro sobre este mártir patriota utilizando la lectura minuciosa de más de 350 cartas que el sabio escribió con maestría dejando una huella evidente. Caldas fue tan singular en su sapiencia, en su vida privada y en su vida pública que el libro resulta muy atractivo. Era inteligente como pocos y capacitado para aprender. Aprendiendo primero desde las bibliotecas de su natal Popayán, después a través de copiosas correspondencias  y el resto con su genialidad, fue descubriendo con instrumentos hechizos, con botijuelas de agua hervida en las cúspides de los volcanes, alturas y latitudes al tiempo que catalogaba plantas, construía puentes y dictaba clases como inigualable profesor de ingeniería. En razón a su resabiado temperamento no se acercó a Mutis en edad temprana, pero terminó siendo parte fundamental del equipo glorioso de la Expedición Botánica. Era tal su fama de sabio provinciano que Humboldt en su mitológico viaje lo buscó y trató de engancharlo para su equipo, pero Caldas resultó tan lleno de remilgos provincianos que se espantó con las costumbres sexuales del científico alemán y se quedó haciendo  patria, en  Popayán, en Medellin o en Bogotá ,escribiendo y editando periódicos ,manejando el Observatorio de Astronómico de Colombia y vinculándose a la gesta libertadora como soldado federalista tras las huestes de su primo Camilo Torres. En un acto de estupidez muy española y de la  soberbia que abunda en los militares intransigentes, Murillo ordenó su fusilamiento  y privó a Colombia de un cerebro sin igual. Este libro recupera, con sentimiento especial a ese hombre y, de paso, les explica a los lectores por qué el Departamento lleva su nombre incluyendo 6 páginas a color de fotografías de cada uno de los municipios que lo integran. Más que recomendable, el libro nos hace enorgullecer como colombianos.

 

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